Clubhouse: la nueva aplicación de moda

¿Qué es y en qué consiste la aplicación que causa furor entre las élites de Silicon Valley? Clubhouse es una red social atípica en la que no se comparten imágenes, ni fotos, ni vídeos, solo audios emergentes. No se pueden dejar mensajes escritos ni grabar, lo que permite no estar pendiente de la pantalla del móvil y que las conversaciones sean más distendidas. Tampoco se pueden poner ‘emojis’ ni ‘likes’, es una especie de ‘podcasting’ interactivo que también podría definirse como una especie de mesa redonda virtual gigante en el ciberespacio.

A través de esta app puedes escuchar, en salas o foros, conversaciones de gente que quieren que otros oigan lo que dicen. Cuando se entra en una sala, se puede pedir turno para hablar y el moderador decide si concede la palabra o no. La clave está en que, al acceder a la aplicación, se definen los gustos e intereses, y un menú permite ver las salas que los algoritmos seleccionan para el usuario en función de las elecciones de los usuarios. En las salas se indica el tema que se trata, quiénes son los conferenciantes y el número de personas que escuchan la charla.

¿Cómo se consigue entrar en Clubhouse?

El primer paso es descargarse la app que, por ahora, solo está disponible para iOS, aunque Paul Davison y Rohan Seth, los creadores, han comunicado que pronto estará disponible para Android. En segundo lugar, tras registrarse con una dirección de correo electrónico, una contraseña y un número de teléfono móvil, hay que conseguir que alguien te invite. Cada usuario de Clubhouse dispone de dos invitaciones, pero puedes conseguir más si eres un usuario activo o si creas salas de debate.

Sin embargo, al ser un producto relativamente nuevo y ver lo ocurrido con otras apps sociales en el pasado, cabe preguntarse: ¿Es Clubhouse segura? ¿Protege la privacidad de sus usuarios?

Denis Legezo, experto de seguridad en Kaspersky, se ha pronunciado sobre los potenciales riesgos para la privacidad que pueden generarse en Clubhouse.

«Existen dos aspectos fundamentales: la venta de invitaciones y las aplicaciones falsas. No obstante, ambos escenarios están unidos por un mismo motivo: aprovecharse del interés de los usuarios en esta red social. En el primer caso se trata simplemente de una monetización a pequeña escala. Sin embargo, el segundo escenario es más grave. 

Los atacantes pueden distribuir malware bajo la apariencia de un software conocido,  por ejemplo, una versión falsa de Clubhouse para Android. Una aplicación maliciosa falsa puede hacer exactamente todo lo que el usuario le permita en la configuración de seguridad de su dispositivo Android: obtener la ubicación aproximada o exacta del teléfono, grabar audio y vídeo, obtener acceso a las aplicaciones de mensajería… También es posible encontrar algunas maniobras menos habituales. Por ejemplo, si los atacantes implementan la capacidad para grabar audio, y esta función está permitida en el dispositivo, podrían utilizar grabaciones de alta calidad para entrenar sus algoritmos de machine learning y crear falsificaciones más sofisticadas.

La mejor manera de mantenerse a salvo es estar atento a lo que se descarga y mantener la configuración de seguridad apropiada en el teléfono móvil».

Artículo publicado en  CiberSecurity News

 

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