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La Fiesta Colegial de este año se ha hecho esperar. Llevábamos dos años sin poder celebrarla y disfrutarla. Este año, por fin, nos hemos podido ver y abrazar en un día especial y emotivo, que llenó el Museo de San Telmo de risas y el calor de todos vosotros. El Museo, centro de patrimonio cultural, se convirtió por un día en centro de patrimonio de la Ingeniería.
El evento comenzó a las 20:00 en el claustro del Museo de San Telmo. Reencuentros, presentaciones, besos, abrazos, brindis. Volvíamos a reencontrarnos, una vez más, como todos los años antes de la pandemia. Mientras los asistentes estaban distraídos con el cocktail de bienvenida y los excelentes aperitivos, los homenajeados de la promoción de 1970, 1971 y 1972 que cumplían los 50 años con la Ingeniería se preparaban para el acto. Recibieron uno por uno sus respectivas placas que fue repartiendo nuestro decano Asier Anacabe. Un gesto de reconocimiento y agradecimiento en honor al trabajo realizado durante tantos años en el ámbito de la Ingeniería. Juan Nogueras cerró el acto con unas especiales palabras dirigidas a los homenajeados: “Os deseo que sigáis soñando durante muchos años más”.
Antes de las 21:30 nos abrían las puertas de la iglesia de San Telmo para que comenzara la cena. Antes del primer plato, casi como aperitivo, nuestro gerente Alex Abancens y Asier Anacabe dieron inicio al acto de homenaje del decano saliente José Ignacio Garbizu, al que se le otorgaba una medalla por su excelente trabajo en el Colegio. Pero cuando Anacabe le dio la caja de la medalla a Garbizu, esta se encontraba vacía: la medalla no estaba. Silencio, risas, caras de sorpresa, alguno miró debajo de la mesa por si aparecía la medalla… Finalmente, apareció gracias a Hodei Domingo, el mago que amenizó toda la velada con sus ingeniosos trucos de cartas. Gracias a la magia, recuperamos la medalla y la sonrisa de Garbizu, al que los asistentes aplaudieron con fuerza por su excelente humor y, sobre todo, por su dedicación al Colegio. Gracias y enhorabuena de corazón, Garbizu.
La cena comenzó en la iglesia del Museo de San Telmo, entre lienzos de Sert y pinturas del siglo XVI: Ravioli de txangurro, solomillo con patata trufada y crema fina de canela, todo acompañado de las ganas de disfrute de los asistentes. Entre el primer y segundo plato, se hizo el homenaje a aquellos que cumplían 25 años con la Ingeniería. Que sean muchísimos más. Justo con el postre, se les otorgó a los nuevos miembros del Colegio los regalos de bienvenida, el altavoz y asistente virtual Alexa. Gracias por elegir ser parte de esta familia.
A partir de las 23:30 empezó la música al ritmo de la guitarra del compositor Sergio Villar, con el que entonamos canciones de Elvis Presley, The Beatles y hasta de Elton John. El primero en lanzarse a cantar fue Iñaki Sayar, que guitarra en mano, no dudó en unirse al cantante y deleitarnos con un par de canciones. La barra libre y la música en directo hasta la 1:00 en el claustro del Museo de San Telmo a la luz de los focos, fue la antesala para que los asistentes se soltaran para poder seguir bailando en el bar Baluarte, al que todos estaban invitados. Para muchos, la noche terminó allí. Para muchos otros, solo fue la primera parada de una noche que resultó muy especial tanto por el entorno como por la atmósfera que se respiraba.
El año que viene volveremos a vernos, a abrazarnos, bailaremos y, sobre todo, volveremos a brindar. Por aquellos que cumplirán 25 y 50 años. Por los nuevos colegiados. Por vosotros. Por nosotros. Gracias.
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