Y finalmente, llegó el día: 27 de mayo de 2017.
Minutos antes de la hora “H”, llegaban las últimas motos. Modelos racing, sport- turismo, custom… incluso un scooter y ¡un modelo clásico! Un total de 13 motos. Nada mal, para ser nuestro bautismo de fuego.
Y a las 11h, con puntualidad británica, tras haber hecho las presentaciones y haber saludado a José Ignacio Garbizu, Decano del Colegio, que se acercó a dar el pistoletazo de salida al acontecimiento, arrancábamos motores.
Nuestro primer destino era Leiza y la ruta transcurria de forma fluida hasta que, lamentablemente, a la altura de Goizueta, nuestro compañero Antton se veía obligado a bajarse de su scooter debido a un problema con el freno trasero. Otro compañero, que motaba una espléndida Triumph, se descolgaba del grupo también para quedarse con Antton a la espera de que lo auxiliaran en un taller de la localidad.
Ya en Leiza, primera parada de avituallamiento: chorizo a la sidra, pintxos de panceta, unas aceitunas y algún refresco más que necesario puesto que la temperatura era bastante elevada. Efectivamente, tras el susto por la tormenta de la víspera, los pronósticos fueron acertados y el día era espléndido.
Tras reponer fuerzas, nos dirigimos a Santesteban a través de una carretera sinuosa, divertida y bien asfaltada.
Ya en Santesteban, nos esperaba uno de los platos fuertes del día: la comida en el Restaurante Santa María. Y nunca mejor dicho lo de “plato fuerte”, ya que las raciones fueron espectaculares. No obstante, a pesar de que hubo quien se dio por vencido, la gran mayoría dio buena cuenta del festín y, tras una buena comida y una agradable sobremesa, nos reunimos fuera del restaurante para hacer la foto de grupo, ya que algunos de los compañeros optaron por la ruta de vuelta más rápida.
El resto nos vimos con ánimos de dar un rodeo y disfrutar de los paisajes del Valle del Baztan y las carreteras que unen los pueblos de Sara, Ascain y Urruña, donde tuvo lugar la anécdota del día: nadie se dio cuenta de que nuestro compañero Gorka se había detenido a llenar el depósito de su flamante Harley y tuvimos que detener la marcha y volver atrás en su busca tras percatarnos de su falta un par de kilómetros más adelante.
Ya en Irún, sin haber sufrido más contratiempos, última sesión de fotos del día, despedidas y compromiso de reunirnos de nuevo en la II Salida Motera del COIIG.
Fotos de la salida motera ver aquí