Durante los últimos veinte años, el número de ataques cibernéticos que se han producido se ha disparado. Lo que hace que la ciberseguridad sea una de las mayores preocupaciones de las compañías a día de hoy.
El 2020 comenzó relativamente bien, en enero solo se sufrieron 61 ataques cibernéticos. Sin embargo, esto fue un mínimo de seis meses en comparación con el promedio de casi 80 violaciones de datos y ataques en 2019. La crisis del coronavirus ha impactado drásticamente a la ciberseguridad y está impulsando un cambio significativo dentro de las organizaciones. Las restricciones gubernamentales han significado que una gran cantidad de empleados tengan que trabajar de forma remota a largo plazo y las empresas de todos los sectores han tenido que adaptarse para sobrevivir.
El teletrabajo trae consigo una gran variedad de problemas, riesgos y vulnerabilidades de seguridad. Por ejemplo, acceder a archivos de trabajo y completar tareas de trabajo en dispositivos personales o redes domésticas puede ser peligroso. Contrariamente, es más probable que el personal que trabaja de forma remota utilice los dispositivos corporativos para realizar actividades personales, como compras en línea, navegación web y transacciones financieras, lo que también representa una amenaza significativa para las compañías, ya que amplía el área de superficie para que los actores de amenazas la exploten.
Existen múltiples opciones diferentes de ofertas de ciberseguridad entre las que las empresas pueden elegir para protegerse de los ciberdelincuentes. El seguro cibernético es una de las soluciones menos conocidas y más subestimadas del sector. A pesar de haber aparecido en el Reino Unido hace más de 15 años, el seguro cibernético todavía no se considera una necesidad, especialmente para las Pymes. En 2019, solo el 11% de las empresas había contratado una póliza de ciberseguro. Asimismo, durante el próximo lustro, todavía se espera que el mercado de los ciberseguros crezca un 33% cada año.
¿Por qué cada ves más empresas consideran invertir en seguros cibernéticos?
Las pólizas cibernéticas generalmente cubren a una empresa o a un particular contra los costes financieros específicos que pueden surgir en una violación de datos o un ciberataque.Los daños potenciales se pueden clasificar en pérdidas directas o propias y costos de terceros, incluidos los clientes que también pueden haber sido afectados económicamente. Los detalles de la cobertura variarán según el proveedor y las necesidades específicas de su negocio.
Las pólizas básicas incluyen cobertura para lo siguiente:
- Los costes de un análisis forense del ciberataque.
- La interrupción del negocio y el tiempo de inactividad.
- Costos legales, por sanciones regulatorias o posibles demandas.
- Las relaciones públicas y la gestión de la reputación después de una infracción.
El ciberseguro, una compra imprescindible
El seguro cibernético debe verse como parte de un enfoque integrado del plan de ciberseguridad. Debería invertirse junto con estrategias de ciberseguridad adicionales y complementarias. Invertir en seguros no reducirá el riesgo de sufrir un ataque cibernético. Pero es importante recordar que la mayoría de las herramientas de ciberseguridad son medidas preventivas y las empresas deben considerar qué medidas de respuesta a incidentes tienen implementadas, en el desafortunado caso de una violación de seguridad. Aquí es donde el seguro cibernético se convierte en una opción viable y sensata.
En definitiva, para que las organizaciones disfruten de la máxima seguridad posible, es necesario que haya un cambio cultural en la forma en que se percibe la ciberseguridad.Actualmente, la probabilidad de una filtración de datos es tan alta que las empresas deben invertir en herramientas de ciberseguridad preventivas. Además de tener un plan estratégico de ciberseguridad, en caso de sufrir un ciberataque. En lugar de considerar si vale la pena invertir en el seguro cibernético, las compañías deberían pensar en qué tipo de póliza les ofrece la mayor protección. Tener un ciberseguro adecuado será la diferencia entre que una empresa se mantenga a flote después de un ciberataque, o no.